Liderar un negocio es comprender los errores humanos, pero también la sabiduría de saber tratar a aquellos empleados que no enmiendan sus errores. En un negocio es preferible tener un sitio pacifico en donde todos pueden crecer. Es primordial que los empleados intenten nuevas cosas, fallen y aprendan de sus errores. Confiar en ellos es algo que todo dueño de negocio debe tener, ya que son ellos los responsables del éxito de tu negocio.
Con la confianza y la libertad, viene la obligación de parte de un líder de velar para que todo marche bien. Sin embargo, también existen los empleados que no enmiendan sus errores. Estos que fallan continuamente y siempre están disculpándose, pero que no arreglan nada haciendo que sus errores sean un mal hábito. Un líder siempre debe recordar a sus empleados que los malos hábitos vienen con malas consecuencias para un mejor control de su compañía.
Haz Que Conozcan Las Consecuencias
En muchos casos los empleados que no enmiendan sus errores no son concientes de ellos, y en otros casos están confiados de que no sabes de ellos. Sea cual fuera el caso, una intervención personal debe ser hecha. Recuerda no llamarles la atención por sus conductas en público o enfrente de otros trabajadores. Lo recomendable es una reunión privada en donde puedas explicar el mal accionar que has estado observando. También, pídeles y escucha la explicación que estos tienen para ti.
En algunos casos son problemas personales que hacen que los empleados cometan errores continuos. Es ahí donde debes utilizar la comprensión y derivar a recursos humanos para utilizar los recursos de apoyo. Si no es un problema personal, hazles saber que los empleados que no enmiendan sus errores no son aceptables porque no es justo para los demás. Además que dicha conducta no será tolerada. Todo dependerá del grado de conducta y errores. Sin embargo, siempre recuerda ofrecer tu ayuda para mejorar.
Provee Entrenamientos En Busca De Soluciones
Algunos errores pueden ser de menor grado como llegar tarde a la oficina o no presentar trabajos a tiempo. Estos errores son fáciles de solucionar con el debido entrenamiento. Primeramente es recomendable conocer el porqué de sus faltas. Llegar tarde al trabajo puede ser problema del tráfico, de dejar a los niños en la escuela, o despertar demasiado tarde. Esto puede solucionarse cambiando el horario de trabajo o con un entrenamiento para mejorar otorgado por recursos humanos.
El otro punto de atrasarse en entregar trabajos a tiempo puede solucionarse con el debido entrenamiento por parte de expertos en manejo de horarios. Quizás el empleado está priorizando cosas menos importantes atrasándose en trabajos con fechas limites. Los entrenamientos sirven como ayuda para los empleados que no enmiendan sus errores. Recuerda que muchos no son concientes de lo que hacen o confían que nadie se está dando cuenta de su mal hábito.
Examina La Gestión De Las Áreas
Si buscas lidiar con empleados que no enmiendan errores, también es recomendable investigar si es un problema de gestión. Muchas veces los mensajes que los dueños de negocios quieren promover entre los empleados se quedan en los administradores o los encargados de cada área. Quizás el problema se agrava por la falta de atención de supervisores que no están cumpliendo con su trabajo. También, puede ser la poca comunicación que existe dentro de la compañía.
Muchas veces el problema recae en problemas internos haciendo efecto en los empleados de una manera indirecta. Un ejemplo que mucha compañías implementaron es el de agregar un café expreso en sus oficinas para evitar que los empleados se tarden en buscar café en otros lados. Lo mismo pasó con dispensas de aperitivos para los pequeños descansos. Como líder de una compañía, tu deber es reconocer los malos hábitos que puede estar teniendo tu personal. Dejando claro las señales de advertencia, puedes encontrar la solución de una manera más rápida.
Lidiar con empleados que no enmiendan sus errores será cosa continua en compañías con mucho personal. Sin embargo, esto no quiere decir que no pase en tu negocio con tu corto personal. Ten en consideración que todos cometemos errores, y también nos disculpamos continuamente. Si eres conciente de que alguien no se ha dado cuenta de su mal hábito o cree que no te has dado cuenta de su accionar, no sientas remordimiento en intervenir y tomar acción. Al final del día, eres el dueño que vela por todos los empleados por igual.