Es hora de poner los pies sobre la tierra y aceptar que lo que en un principio parecía una buena idea, terminó en un emprendimiento fallido. Si te encuentras en un punto en donde ya no sientes emoción por tu negocio, quizás es momento de innovar, cambiar o renunciar. Todo dependerá en qué etapa de tu vida te encuentras, ya que recuerda que el tiempo pasa y nuestro cuerpo y mente pasan con él. A continuación, te mostraremos señales de un emprendimiento fallido y lo que puedes hacer. 

Tus Sueños Se Detuvieron

Llega un punto en donde recuerdas con nostalgia cuando te emocionabas emprender en este proyecto. También, cuando compartían grandes ideas con tus amigos y familiares más cercanos. Sin embargo, todo cambió. Las cosas no salieron como esperaban, y te estresa más de lo que te motiva. Es ahí donde te das cuenta que necesitas un cambio. Lo recomendable en este caso es innovar con un área distinta o cambiar de negocio a uno totalmente diferente y más acorde a la realidad.

Tu Cuerpo Nunca Miente

Tu cuerpo sabe más que nadie cuando es momento de darle una pausa al ritmo de vida que llevas. Quizás las preocupaciones están llevando a una mala alimentación ocasionando lesiones tantos externas como internas. Cuando tu vida está en un peligro a corto o largo plazo, es momento de cambiar. Un emprendimiento fallido puede ser fatal tanto fisiológica como emocionalmente. 

Este punto es muy importante para tomar en cuenta, ya que se ha visto muchos casos de emprendedores lastimados con heridas. Esto sucede ya que buscan deportes extremos para alejarse de los problemas de sus compañías. Cuando notes que esto está sucediendo es recomendable buscar ayuda.

Pierdes La Pasión 

Llega el punto de que ya no buscas nuevos métodos para salir adelante. Dejas de ir a seminarios o ya dejas de seguir tendencias. Simplemente la pasión por sacar adelante un emprendimiento fallido ha desaparecido de tu persona. Si tu corazón y tu mente ya no están enfocados en emprender, es recomendable cambiar de idea para bien de todos en una compañía. 

No Hay Ingresos

Otra señales de un emprendimiento fallido es la falta de ingresos. Esto muchas veces se debe a la gran competencia que existe en el mercado o alguna tecnología más rápida e eficaz. Cuando el problema es monetario, es recomendable tomarlo con seriedad por el bien de tu salud tanto física como mental. No debes dejar que el estrés te embarga, y lo preferible es cambiar de servicio, producto o negocio totalmente. 

No Te Gustan Los Clientes

Si empiezas a ver a tus clientes de una manera pesada es que estás abrumado de tu negocio, de ellos, y de ti mismo. Recuerda que son ellos los que te producen tus ingresos. Ten en mente también que un negocio crece en proporción de que tan bien atiendes a los clientes y la felicidad de ellos. Si estos clientes empiezan a notar tu mal humor o tu mal trato, simplemente se irán agudizando más aún tus problemas personales. 

Las Quejas Aparecen

Cuando hablamos de quejas en un emprendimiento fallido no nos referimos solamente a las que provienen de clientes, empleados, vendedores, etc. Sino también de los que provienen de ti mismo. Cuando uno empieza a quejarse de su negocio es porque las cosas no están funcionando como se debe. Es recomendable ponerse a analizar los errores y preguntar a los demás en qué se está fallando. Recuerda estar abierto a todo tipo de opiniones si quieres que todo vuelva a la normalidad. 

El Cansancio 

Un emprendimiento fallido se ve reflejado en tu estilo de vida. Si ahora te cuesta levantarte, llegar temprano a la oficina, tomas más tazas de café, etc. es porque es momento de hacer un giro de 180 grados. También considera cansancio si te cuesta responder los correos electrónicos o devolver llamadas a clientes o vendedores. Cuando uno siente cansancio del negocio que está tratando sacar a flote es porque las cosas no resultaron como se esperaba. Ten en mente que quizás solo estás prolongando algo que ya acabó. 

Estas señales de un emprendimiento fallido es un llamado a la concientización. Como dueño de un negocio no debemos aferrarnos a algo que a largo o corto plazo puede atentar contra nuestra propia salud. Sin embargo, siempre hay esperanza que se ve reflejada en la adaptación, en el cambio o en la renovación de un negocio. El secreto para evitar un emprendimiento fallido está en no aferrarse a una sola idea de negocio.

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